Inflamación del prepucio y limpieza en el perro
Escrito por Sjoerd |
En los machos no castrados es bastante común observar una inflamación del prepucio o balanopostitis. Tarde o temprano, casi todos los perros enteros la padecen alguna vez. Generalmente no se trata de un problema grave, pero puede resultar molesto tanto para el perro como para sus dueños.
Inflamación del prepucio
Estimulado por las hormonas sexuales, el perro no castrado expone con regularidad el pene, lo que facilita que bacterias del entorno entren en el prepucio y provoquen una infección bacteriana. En la mayoría de los casos, el organismo elimina estas bacterias de forma natural y no llega a desarrollarse una inflamación. Los machos comienzan a exponer el pene cuando alcanzan la madurez sexual, normalmente entre los seis meses y un año de edad. Algunos perros tienen una abertura prepucial demasiado amplia, donde las bacterias se asientan con facilidad y causan molestias.
Secreciones inflamatorias
Si por algún motivo las defensas naturales no son suficientes, puede desarrollarse una inflamación. Durante este proceso se forman gotas de material inflamatorio, como pus o líquido coloreado, que pueden quedar adheridas al pene o caer en el entorno del perro. Esto último suele ser el motivo por el que muchos propietarios deciden actuar incluso ante una inflamación leve.
Irritación leve o pene inflamado
Si sospechas que algo no va bien con el pene de tu perro, acude a tu veterinario. El profesional valorará si se trata de una irritación leve, en cuyo caso basta con lavar la zona con limpiadores de prepucio como Prepusol, o si existe una infección real. Esto último ocurre cuando hay gotas de pus que salen del prepucio, el pene está visiblemente enrojecido y, a veces, aparecen zonas con sangre. En estas situaciones los limpiadores por sí solos no son suficientes y se necesitan tratamientos que eliminen las bacterias para que el perro se recupere.
Determinar la causa
En la práctica, algunos perros padecen inflamación del prepucio con más frecuencia que otros. La limpieza regular con productos específicos suele mejorar el problema, pero debe repetirse porque la causa no desaparece. Si pese a la limpieza el perro sigue teniendo episodios frecuentes o intensos, retirar las hormonas sexuales masculinas puede ser una buena opción terapéutica. Esto se logra mediante la castración, ya que tras ella los perros no exponen el pene. No siempre es una solución definitiva, porque una abertura prepucial demasiado grande no se corrige con la cirugía. Por ello, el veterinario debe examinar a fondo al perro para establecer la causa antes de optar por la castración.