Elegir entre correa, collar o arnés puede parecer complicado, pero la elección correcta influye mucho en la comodidad, seguridad y bienestar de tu perro. Cada perro es diferente, por lo que es importante tener en cuenta sus necesidades individuales.
Correas para perros
Una correa es uno de los accesorios más esenciales para sacar a pasear a tu perro. Desde correas clásicas hasta correas extensibles o de adiestramiento, hay una opción adecuada para cada tipo de perro y propietario.
Las correas clásicas son simples, pero muy prácticas. Están disponibles en diferentes materiales, colores y longitudes. Las correas de Flexi son especialmente populares: se enrollan automáticamente, permitiéndote ajustar fácilmente la longitud según la situación. Además, cuentan con un mango ergonómico para mayor comodidad. Si tu perro tira mucho, es mejor optar por una correa tradicional.
Las correas de adiestramiento o “slip” combinan collar y correa en un solo producto, permitiendo sujetar rápidamente al perro. Son ideales si tu perro suele ir suelto. Estas correas cuentan con un tope de seguridad para evitar que el collar se apriete demasiado o quede flojo.
¿Arnés o collar?
Puedes elegir entre un arnés o un collar según la actividad. Para paseos largos, un arnés es la opción más cómoda, ya que distribuye la presión de manera uniforme y protege las articulaciones. Para perros grandes, un arnés en Y ofrece mayor sujeción y evita presión en el cuello. Si tu perro tiende a escapar, un arnés anti-escape puede ser una buena elección.
Un collar, en cambio, resulta práctico para paseos cortos o para perros que ya lo llevan puesto a diario. Sin embargo, no se recomienda para perros que tiran con fuerza, ya que ejerce presión directa sobre el cuello.